SILEBO BOTURU, RECAREDO
Esas ramas que se mueven rítmicamente al son del viento,
esas hojas que bailan apasionadamente a su compás y ritmo,
sin hacerle daño a nadie,
sin importarle nada,
sin preocuparse por nada,
entienden de libertad.
Sí, de libertad.
***
Soy una isla,
una isla negra diminuta,
escondida entre los brazos de esta mar solidaria,
escondida entre las barrigas de estos bosques rocosos,
soy una isla tranquila.
Isla que no quiere cerrarse ninguna puerta,
isla,
dispuesta a abrir las compuertas de sus mares,
las ventanas de sus células vivas
y de vez en cuándo salir volando,
desgarrando las nubes grises
colgadas sobre sus hombros.